Hoy presentamos la nueva sección de cocina del blog. Empezamos con algo que os va a dar en todo el gusto: cócteles.
Presentamos el Clutch: en una coctelera ponemos una parte de punk, una parte de trash, una parte de metal y una parte de blues, con hielo bien duro. Agitamos y servimos en jarra de cerveza. El resultado:
Hoy en día se lleva mucho eso del mestizaje, al menos a nivel musical. Es lógico. Es bueno que la música se invente y se redescubra (y, de paso, que se redima de los errores de los 80). Es lógico también que una vía de entre las muchas posibles para la "innovación" (nótense las comillas) sea probar con mezclas de estilos, a ver que sale. Llevamos así toda la puta historia de la música, moderna y no moderna, y parece algo nuevo. No nos enteramos.
La cuestión es que hoy día mestizaje parece referirse sólo a los cócteles exagerados y con rastas. Una pena. Como siempre, alguien ha descubierto que el rollo rastaguay vende. No me opongo. De hecho, entre la marea de mestizaje unidireccional que nos inunda, han subido cosas verdadera mente buenas. No sé yo si en el clima musical de los 90 hubiese encontrado alguna posibilidad el amigo Muchachito Bombo Infierno. O elBicho, con sus luces y sombras. Es más, gente como los autores de este blog han podido nadar hacia atrás en el tiempo y constatar con horror la gran banda que se perdieron, llamada Trimelón de Naranjus, en donde el sr. Muchachito era igual de cachondo y vacilón, siendo la única diferencia que era más cachondo y vacilón.
Claro, entre todo el maremágnum éste, hemos tenido que aguantar a plastas mestizados totalmente comerciales y prefabricados que nos han recordado lo enfermizo que puede ser el buenrollismo y casi, casi nos ponen de lado del sr. Ussía. Así de golpe me vienen a la memoria mister Macaco y Meriendy. Uff...
Yendo a lo que iba, les traigo yo algo asaz mejor. Dead Capo no es un grupo de jazz, y lo repiten hasta la saciedad. Será que lo parecen. Pero en jazz no se queda la cosa: la mezcla agita en su seno funk, swing, rock, psychobilly, ritmos latinos. Ahí es ná. Todo ello instrumental, y sin renunciar a un sabor 'de película'. Nadie como ellos para autodefinirse mejor: "Hacemos música para una película que no existe" (link) De ellos han hablado maravillas gente de la que nos fiamos como MondoSonoro o Todaslasnovedades (D.E.P). Es más significativo todavía que no hayan salido en Rolling Stone. Y, a pesar de repetir que ellos no se consideran jazz, les han reseñado (y bien) en todas las revistas de jazz de primera línea. Además, por si no fuera poco, tocaron en el Colegio Mayor San Juan, el Johnny, nuestro ex-hogar. Un minipunto.
Escuchar 'Díscolo', su primer y único trabajo, es un gustazo. Un lujo. Hablo como desconocedor al 95% de la escena jazzística. A mí me llega para Miles Davis, Gillespie, Coltrane y algo de Pat Metheny. Me da para saber que hay mucho más que jazz en 'Díscolo', y que cualquier pureta del jazz saltaría indignado ante la mezcla. Que les jodan a los puretas. Pero no es solo eso. Sin decir media palabra, la música transmite sensaciones. Evoca. Es de estos discos con la propiedad mágica de trasladarte a otros lugares, de que un cambio de ritmo o de instrumento te siente como un leve coletazo que te hace pensar: "oye, que bien". No hay quien escuche 'Amores' sin sentirse cerca del Caribe. Es difícil escuchar 'Horns of Plenty' sin notar la presencia de un siniestro pero elegante capo italoamericano cerca, para después verse arrastrado por una persecución igual de elegante. Todo ello está en el carácter cinematográfico de la banda, claro. Otros temas geniales son 'Satienado' (un comienzo absolutamente macarra) y '9 camisas de 8 jardines' (delicado, suave, precioso tema)
Algunas canciones, no obstante, se acercan mucho más al jazz puro y duro, como ese genial 'Capuccino Commotion', que a mí, personalmente, me trae aires de Miles Davis.
En cualquier caso, no es un disco como para asustarse. De hecho, pudiera ser una excelente introducción al jazz, a su sonido, a sus formas y cadencias, sin alejarse demasiado del rock o de otros estilos más asequibles por el gran público (ese swing o surf, al que todos nos rendimos). Los mismos Dead Capo son conscientes de que su música atrae a gentes de estilos lejanos al jazz. De hecho, sorprendentemente, suelen tocar junto con grupos de hardcore o post-rock, y se reconocen amigos de grupos como Standstill.
Como muestra, un botón. Ahí queda 'Managua Cruje'. En absoluto representativo del trabajo de esta gente. El disco es un todo indisociable y hay que escucharlo entero.
De paso, alguien había subido al GoEar '9 camisas de 8 jardines', ahí os va...
El amigo Guillotina -el que escribe mucho de rock aspañó por estos lares- me tacha siempre de excesivamente sajón en lo que a música se refiere. Pues sí, qué cojones. Claro.
El caso es que mucha gente piensa que la música cantada en inglés sale sólo de los norteamericanos e ingleses y de algún escandinavo despistado, además de experimentos patrios cuanto menos poco afortunados -Nostradamus predijo que Subterfuge ficharía a Dover-. Pero no, qué va. Cuanto menos, hay joyas por descubrir más allá de la línea de Wallace.
Póngamonos en situación: Australia está a tomar por culo de aquí y la poblaron a base de delincuentes. Manda a gente así a un lugar donde no los puedas tener especialmente bien vigilados y ya tienes el negocio hecho. Al final, se convierten en nación, pero algo queda de fondo.
Así, generalizando: la mala hostia y el carácter pendenciero es, pues, parte del carácter nacional del australiano típico -ríete tú de un español del interior-. Y eso está bien, porque es lo que hace falta para hacer rock o cortar árboles en condiciones.
No voy a hablar de AC/DC, porque me tocaría contar lo mismo de siempre: cantante muerto, ponen otro que canta exactamente igual, referencias sin querer a la homosexualidad en el nombre... bla, bla, bla... Nada, hay gente que me gusta más por allí.
Allá por finales de los 70, un señor australiano con el pelo aceitoso decidió montar un grupillo de rock con un nombre que evoca a las posteriores boys band de los 90. Nada que ver, el chico se llamaba Nick Cave y la banda con nombre chungo daría paso a otra llamada The Birthday Party, cuya influencia es enorme en la música que luego se salvó de los malditos 80 y sigue molando ahora gracias a su mezcla de punk, swamp rock y retazos de free jazz y modernez: Dinosaur Jr., My Bloody Valentine, Jesus and Mary Chain, Sonic Youth y compañía. El mismísimo John Peel los apadrinó y de sus mismas cenizas salen las Bad Seeds. Después sale Grinderman, con lo que ya merecen la pena. Me gustan especialmente las Peel Sessions que grabaron.
Por otra parte, el Pub Rock toma fuerza gracias a una combinación de Baby Boom y bares abiertos hasta tarde y aunque acaban surgiendo tremendas patrañas como Midnight Oil -¿cómo han conseguido esa fama?-, otros como Beasts of Bourbon -descripción de la personalidad del cantante en una sóla cita-, sacan toda la influencia que pueden del rock de los Rolling Stones y lo amacarran de forma que Keith Richards lloraría de un ataque de ansiedad si les viese hacer de las suyas. Dos obras maestras: The Axeman's Jazz y el Black Milk. Su último disco no está mal, y si os gustan probad luego con el From the Belly of the Beast, que es un doble de directos y rarezas.
Rose Tattoo son otra de las vertientes de esa ola de pub rock. Ya tocaban blues rock cañero y divertido antes de que a los Hellacopters les saliese barba -bueno, son suecos, no deben tener mucha-. Se mantienen jóvenes a pesar de no contar ya con el alma del grupo, el guitarrista Peter Wells -que tocaba casi siempre de slide-, que la palmó de cáncer de próstata. Sin duda, los primeros álbumes.
En lo que respecta a la música actual, hay grupos que están bastante bien. Jet, por ejemplo. No puedo comentar nada, no los tengo bastante escuchados, pero suenan de puta madre sin tener demasiadas pretensiones. Aún maldigo al que me recomendó a Powderfinger, que son blandos como la mierda de pavo.
De regalo, un vídeo en un programa de televisión de Grinderman -espectacular el bigotazo de Nick Cave-. Bueno, si decidís viajar a Australia, bebed cerveza por mí. Por cierto, cachondo el canguro albino, ¿eh?
El CD cumple 25 años mientras un servidor escucha Queens Of The Stone Age en un ordenador al que previamente ha sido insertado un reproductor mp3 con USB.
Aprovechando mi posición en el Hurelio de Soria, he (tenido que) hacer sendas entrevistas a Skizoo (link noticia) y Marea (no hay link), bandas que visitaron este pequeño lar la semana pasada. Dichas entrevistas, una de ellas muy corta, no salieron publicadas como tal, sino sólo las declaraciones más destacadas. Las recuperaré en próximos días para Falacia Mística, aunque sean grupos anti-gafapasta. Es más, una vez Kutxi Romero afirmó estar en guerra con los 'popis de mierda'. Sí señor. ¡Guerra!
Si nos hiciste caso y te gustaron Madrugada, bien hecho. Si nos hiciste caso y has empezado a escuchar a Karate, pues mejor para ti y para el mundo. Hoy damos la vuelta de tuerca que nos faltaba: unos que suenan más o menos como los anteriores pero mucho más underground. Ideal para ligarse a la chiquilla o al mozo ese con gafas de pasta.
Ellos denominaban a su forma de hacer rock low rock. Tiene su porqué: se puede decir que la formación era el ya clasico power trio de toda la vida, pero la instrumentación estaba ligeramente alterada: en vez de guitarra solista ponían un saxo y en vez de un bajo normal ponían uno de dos cuerdas -y encima afinadas en la misma nota-. La batería era sólo una batería, hasta donde sé, pero a mandar por culo el concepto tradicional. El sonido que conseguían era tirando a etéreo y dado a los toques jazzeros.
Bonus sórdido: el cantante-bajista la palmó encima del escenario, durante un concierto en Roma. Contando esto pillas fijo...
Estamos de verano. Poca actividad mental (o mucha para los currelas) y necesidad de contenidos light antes de caer en el error de pensar. Ahí va uno. Ojo a cómo imita el wah-wah del solo, sobre el minuto 4:00... es acojonante. Ojo también a su cuenta en youtube, tiene 42 videos con temas clásicos de hard rock, heavy... y el mario bros.
De mayor no quiero ser como él.
12 agosto 2007
Yo creo que no es piratería, ¿no? Es tecnología, en realidad. Siempre sostuve que el compact, la ventaja que tiene es que es barato, siempre vi a los CDs como si fuera una mortadela que se corta y se vende al peso. Pero la tecnología superó la teoría de la mortadela y ahora el formato de la música no ocupa ningún espacio. Yo no sé en qué se van a transformar los discos. De momento se están transformando en MP3, perosi los conciertos están llenos, la piratería no me molesta"
Les presento a F.Jaguero, Fer, desde Sudán, o eso afirma en su perfil de last.fm. No le conozco de nada (creo), pero ha tenido el honor de ser el falaz número quince en apuntarse al grupo de Last.fm, por eso, desde hoy, habemus top ten falácico. ¡Albricias! ¡Gracias!
Nota: desde hoy va a ser que no, parece que tiene que terminar esta semana para que last.fm se de cuenta del cambio. Habrá que esperar.
Estos son jodidos. Tienes que ser tan tan friki para conocerlos que las gafas de pasta te crezcan solas y se nieguen a marcharse. Aviso va: soltad esto en una conversación y la gente puede que deje de consideraros gente con la que tratar temas serios.
Dr. Teeth and The Electric Mayhem son un grupo de finales de los setenta, con todo lo que implica: greñas, cierto cariño por la década pasada y un estilo musical que cabalga entre el Apostrophe' de Frank Zappa, los desvaríos pinkfloydianos de cuando Syd Barrett ya estaba tarumba y el Sgt. Peppers. Podríamos estar hablando fácilmente de cualquier grupillo de esos de los que actuó en Woodstock '69 y que se ahogaron luego entre la fama de gente como Hendrix, pero no es el caso. Dr. Teeth and The Electric Mayhem -el nombre mola, ¿eh?- no existen en el sentido tradicional del término. Son teleñecos.
Jim Henson y compañía se los inventaron hace ya algún tiempo, tras la resaca post-verano del amor y he de decir sin duda alguna que serían una gran banda si existiesen de verdad: tienen a un señor que fundió un disco de oro para hacerse un diente como líder, a un señor llamado Floyd que es de color rosa -¿veis lo gracioso que es?- y a una bola peluda como batería llamada "Animal". La rehostia, se lo digo yo. ¡Hasta tienen myspace!
Les dejo un vídeo para que puedan comprobar que no miento. Paz y amor.
En last.fm, que es el principio y el fin de la web social porque lo decimos nosotros (enamoraditos nos tiene), tenemos un grupo de lectores del blog. Nos juntamos doce personas, pero se necesitan quince para empezar a hacer estadísticas.
Estaríamos ahora, como cuando lo creamos, encantados de poder quitar esas dos listas de lo que escuchamos mr. Timonel y yo, y poner en su lugar lo que democrática y estadísticamente la lectorada de falacia mística esucha. Así, cuando salga Rafael, la culpa no será solo nuestra.
Por ello, si llegaste tarde a este invento y te gusta, ¡únete!: presiona aquí...
07 agosto 2007
Una vez estaba haciéndome speedballs con Elvis Costello y él se pasó un poco y se meó en los calzoncillos. Le miré en los bolsillos y le robé 34 dólares y una foto de su mujer desnuda
¿Soy yo, o el videoclip del segundo single de Skizoo imita muy mucho en su estética a un afamado videoclip de las guindillas?
Y... ¿soy yo o los dos evocan un mundo onírico-pesadíllico muy a lo Tim Burton?
Pasen y vevan...
Skizoo - Algún día
RHCP - Otherside
Por cierto, que me saquen el adn pero, en contra de todo pronóstico, la exagerada ampulosidad, el preciosismo barroco y cargante y el exceso de retruécano de las letras de Skizoo (y mi conciencia de todo ello) no evitan que, sinceramente, me parezca que este grupo es un soplo de aire a una escena del rock oscurete estatal un poco atarugada. Vamos, que me gusta un grupo neogótico. ¡Psiquiatra!
Aviso para navegantes: esta sección cumple con el espíritu liberal de nuestros códigos de leyes y jurisprudencia al poner siempre por delante la presunción de inocencia. Es más, creemos en la inspiración y en la copia descarada de lo hecho anteriormente como una de las fuentes de todo tipo de arte y no-arte desde siempre (¿que fue si no el renacimiento? ¿o el grunge?) Por eso, desde estos parecidos razonables, apuntamos coincidencias anecdóticas y curiosas, pero no señalamos a nadie como culpable de nada. Bueno, si, a Mikel Erentxum, que lo suyo fue grave. Que eso lo decidan los tribunales.
Un resumen: Se reconoce entre los internautas a 20minutos haber sido la primera empresa periodística en fijarse de verdad en los blogs, los comentarios, la interacción con los usuarios, la integración multimedia y etc... No obstante, en el tratamiento de la información ha derivado cada vez más a la píldora anecdótica, a llenar páginas y páginas con lo que 'vende', a sobresaturar e indigestar con publicidad (explicitada como tal... o no)... etcétera.
No había mirado nunca la cabecera de 20minutos.es de música. Me esperaba lo peor. Pero me callo, porque no está nada mal, ni de lo que hablan ni cómo lo hablan.
A destacar, por ejemplo, una buena crítica a Fito y Calamaro (incluyendo críticas a la organización, algo que siempre es destacable porque cada vez los periodistas nos atrevemos a despotricar menos so pena de que te quiten la barra libre de entradas y acreditaciones) , reseñan el caso de La Sexta en el FIB de la que ya hablamos aquí, el trabajo de The Guardian de desmitificación de discos siempre alabados (entre ellos Nirvana, sr.Cornejo!!), una crítica muy acertada de Muse y del FIB. Y también entrevistas a Interpol, una historia interesante sobre el primer grupo de raperos sordos, encuentro digital con Sidonie, Bob Dylan y Scorsese... Espacio mínimo o inexistente para lo que un servidor se esperaba: latinajos, requesones, potastars, 40 principales y veraniegos.
No solo eso, sino que además se nota que las plumas detrás de la información saben de lo que hablan. También hay chorradas de gratuito, claro, como historias de desnudos sobre el escenario o la gira de mierda de las Spice Giruis. Pero oigan, en general, me tengo que tragar mis palabras. Todo un exceso teniendo en cuenta que, como blogger, mi ego solo es superado por el tamaño de mi sexo, el cual revierte en mi ego y vuelta a empezar. Yum!
Cine de verano falácico por partida doble. Hoy, grupos de nuestra magna nación y antaño imperio -pa'que luego no me digas, Guillotina-. Por una parte, Uzzuhaïa, valencianos y hardrockeros de la vieja escuela -tienen hasta esa característica forma de escribir su nombre- en la Ritmo y Compás y por la otra, Green Manalishi en el Morcilla Rock hace un par de semanas, pamplonicas y hábiles actualizadores del rock setentero que como afiche anecdótico cuento que su nombre es una referencia a una canción de Fleetwood Mac cuando aún no eran una mierda. Esta vez no hago el embed que aunque queda menos vistoso, se jode la plantilla de blogger...
El amigo Guillotina escribía hace un par de semanas una entrada acerca de unos documentales de la BBC repasando las siete edades del rock y elogiando la web de la BBC y tal y blablabla y tengo una tía en Huelva. Bueno, aquí están. Stage6 es una mina, joder. ¡Rápido, que me los quitan de las manos!
Aquí en el blog somos unos gambiteros y si nos lees, es posible que tú también. Pásate por aquí y mira por donde nos movemos. Y dinos sitios tú también, claro.
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