Propuesta de tema de conversación en la cola de la Filmoteca
Si es que nos conocemos. Llevas años escuchando a Sepultura y ahora que estás en primero de Publicidad y Relaciones Públicas no tienes forma de entrarle a las chicas -o chicos- de ese mundo cerrado y oscuro que es el gafapastismo. Pero no te preocupes, no te tienes que convertir en un gafapasta de verdad para poder ligar con la chica con el top de lunares, flequillo y gafas de pasta verdes con la que coincides siempre en la cola de la Filmoteca cuando vas a ver reposiciones de Godard. Nosotros, como siempre, tenemos las claves: un cursillo intensivo en Beirut.
Beirut son básicamente el grupo que acompaña a Zach Condon, el líder, que como actividad profesional se dedica a molar más que tú teniendo menos años. El chaval tiene veintiún primaveras y ya ha editado tres largos y unos cuantos EPs y encima su actuación en el Glastonbury Festival -que es el más grande del mundo, creo- fue de las que mas gustó. Menudo cabrón.
La música en sí es neofolk, que viene a ser algo así como el folk de toda la vida pero sin un nombre con tanto aroma a rancio, que entonces los gafapastas no iban a disfrutarlo en su plenitud. La instrumentación de la banda le da un aire añejo, porque tiene un acordeón, mandolina, ukeleles y unos cuantos vientos sueltos, pero el resultado es agradable. De los discos editados, el debut, Gulag Orkestar, es una pasada. El segundo, The Flying Club Cup, supongo que también, pero a mí últimamente el rollo cantautor francés me tiene un poco quemado y por lo visto el tipo se tiró meses escuchando a Jacques Brel -con lo cual ahora debe ser un poco más arrastrado-. Hay bastante influencia de la música del este de Europa, pero no esperéis nada a lo Gogol Bordello o a lo Kusturica, que no es el caso.
Ahora, ya sabéis: dejad volar vuestra imaginación, decid que el cuarto corte del primer disco tiene un aire a cualquier chorrada que se os pase por la cabeza y tenéis a la chica en el bote. Si los escucháis, pues tampoco está de más, que la verdad es que son muy buenos músicos.
Beirut son básicamente el grupo que acompaña a Zach Condon, el líder, que como actividad profesional se dedica a molar más que tú teniendo menos años. El chaval tiene veintiún primaveras y ya ha editado tres largos y unos cuantos EPs y encima su actuación en el Glastonbury Festival -que es el más grande del mundo, creo- fue de las que mas gustó. Menudo cabrón.
La música en sí es neofolk, que viene a ser algo así como el folk de toda la vida pero sin un nombre con tanto aroma a rancio, que entonces los gafapastas no iban a disfrutarlo en su plenitud. La instrumentación de la banda le da un aire añejo, porque tiene un acordeón, mandolina, ukeleles y unos cuantos vientos sueltos, pero el resultado es agradable. De los discos editados, el debut, Gulag Orkestar, es una pasada. El segundo, The Flying Club Cup, supongo que también, pero a mí últimamente el rollo cantautor francés me tiene un poco quemado y por lo visto el tipo se tiró meses escuchando a Jacques Brel -con lo cual ahora debe ser un poco más arrastrado-. Hay bastante influencia de la música del este de Europa, pero no esperéis nada a lo Gogol Bordello o a lo Kusturica, que no es el caso.
Ahora, ya sabéis: dejad volar vuestra imaginación, decid que el cuarto corte del primer disco tiene un aire a cualquier chorrada que se os pase por la cabeza y tenéis a la chica en el bote. Si los escucháis, pues tampoco está de más, que la verdad es que son muy buenos músicos.
Beirut - Elephant Gun
Que no os asusten los actores vestidos raros, ya os avisé de que iba a ser una gafapastada
Que no os asusten los actores vestidos raros, ya os avisé de que iba a ser una gafapastada
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