Salvajes
Con una taza humeante de tila + manzanilla al lado, un día frío en la calle y el cansancio generado por el primer día de vuelta a los estudios que ha durado ocho horas, algo raro ocurre para que esté cabeceando, animado y salvaje.
Juro estar limpio de drogas. Es la música. Son ellos. Han venido, y parece que para quedarse.
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